las demandas de pedir dinero a la empresa y que los abogados laboralistos pueden intentar "solucionar" haciendo que la empresa haga una oferta a la baja y luego metiendo miedo al trabajador para que la acepte. La empresa deja claro delante de su personal que al que demanda primero lo putean y al final se va a la calle. El abogado laboralisto se trinca el 15% de la indemnización de despido de Toñi, que era mucho más que lo que le hubiera cobrado por la demanda del horario. Pero Toñi va a cobrar el paro gracias a él, se va comprar un coche...
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