Imagina que llevas 8 días atrapado en la nieve a 2.000 metros junto a tu hijo de 10 años con lo puesto, sin comida, sin mapas ni brújula, sin posibilidad de hacer fuego y con el núcleo poblado más cercano a 50 kilómetros. Imagina que lo que fue un error en el descenso por una peligrosa pista de esquí se convierte en pesadilla. Imagina que los equipos de búsqueda ya te han dado por muerto ¿Qué harías? ¿Te quedarías con tu hijo para protegerlo? ¿Saldrías en solitario a intentar buscar ayuda? Mike Couillard tomó la decisión más difícil de su vida.
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