Finalmente, llegó el momento. La familia fue expulsada de su vivienda. El ambiente se lleno de imágenes y emociones que te sacudían, que te golpeaban(..) Hasta un policía comenzó a llorar. Tal vez se derrumbó al descubrir que su labor no es la de servir y proteger al/la ciudadano/a, como le contaron en la academia, o tal vez pensó en cómo podría explicarle a su hijo lo que había hecho esa mañana
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