edición general
2 meneos
9 clics

Crítica de la película Contracorriente (2009) de Javier Fuentes-León

Una leve cortina de arena se levanta sobre la costa, bordeando el mar. El plano-almohada[1], según denominación de Nöel Burch, que se repite dos veces, guarda algo de fantasmagórico, de inquietante belleza natural. Santiago desaparece... y vuelve a aparecer. Contracorriente, del debutante Javier Fuentes-León, integra así la premisa fantástica en su relato. Mediante un plano vacío que responde al color terrario del hombre, el azul incorpóreo convive en armonía, gracias a las tradiciones de una apacible villa sujeta entre escarpadas montañas.

| etiquetas: cine , homosexualidad , contracorriente

menéame