Algunos nada más terminar de repostar, cierran el tapón del depósito con tranquilidad y en vez de ir a pagar se meten en su coche y parten a toda velocidad. Y no se trata de casos aislados. Se produce de media unas cinco veces al mes en la mayoría de las gasolineras. Esta cifra se ha cuadruplicado en los últimos meses debido a la crisis. Ante ese aumento de la picaresca, muchos establecimientos han tomado medidas como el prepago, pedirles el DNI, el carné de conducir o firmar formularios de reconocimiento de deuda y requerimiento de pago.
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