Más allá de la sangría monetaria y la ola de despidos que trae consigo el último gran ataque del poder financiero al Estado de Derecho, cabría realizar un análisis a vuela pluma sobre las condiciones en que la crisis deja a todas las empresas con más o menos asalariados, su estructura piramidal con cadena de mando y las relaciones que se generan entre unos y otros.
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