Los dueños de las navieras han sido siempre considerados codiciosos y sin escrúpulos. De acuerdo con análisis internacionales, se han dejado de pagar los impuestos por 140 mil millones de euros en ganancias desde el 2002. Unos impuestos que hubieran reducido la deuda griega a la mitad. Estos navieros antes copaban las portadas de prensa económica y del corazón, hoy en día son los más odiados por la población
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