Con este sistema atómico se ha conseguido crear una memoria de un kilobyte donde cada uno de sus 8.000 bits de capacidad están representados por la posición de un único átomo de cloro. Esta tecnología permite grabar, leer y regrabar datos con una densidad 500 veces superior a las de un disco duro convencional. "En teoría, esta densidad de almacenamiento permitiría escribir todos los libros creados por la Humanidad en un sello de correos", dice Sander Otte, lider de la investigación cuyos resultados se han publicado en Nature Nanotechnology.
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