Ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts han usado células bacterianas para fabricar unos biofilms o biopelículas que pueden combinarse con materiales no vivos, como nanopartículas de oro o puntos cuánticos. Este material combina las ventajas de las células vivas con funciones tales como la producción de electricidad o la emisión de luz. Algún día podrían usarse en el desarrollo de células solares más complejas, materiales de autocuración o sensores para diagnósticos, entre otras aplicaciones. En español:
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