Muchas personas tienen que seguir pagando parte de la hipoteca que compartían con sus ex cónyugues, además de pasar la cuota alimentaria a sus hijos y pensiones complementarias. Su vida ha dado un giro radical. Decenas de personas que hasta ayer tenían una vida normal, tras sus divorcios o separaciones no pueden hacer frente a los costes económicos que supone pagar cuotas alimentarias para sus hijos, pensiones compensatorias, parte de la hipoteca del que ya no es el piso familiar...
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