Tan sólo queda una opción, aumentar el coeficiente legal de caja de las entidades financieras, disminuyendo la capacidad de creación de dinero bancario, y aumentando por tanto los bancos sus reservas o dinero que no pueden prestar. Las consecuencias de esto serían muy negativas respecto a la actividad económica, ya que se sumarían a que los bancos tienen prácticamente cerrada la concesión de crédito. Se conseguiría estabilizar los tipos de nuestra Deuda a costa de paralizar más nuestra economía con una mayor caída de consumo y de inversión.
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