El trabajador, cartero del distrito 7 de Madrid, comunicó a su jefe que ejercía el derecho a la objeción de conciencia y se negaba a sacar a reparto algo que consideraba degradante para la dignidad de las mujeres. La respuesta de la empresa ha sido abrirle un expediente sancionador por falta grave o muy grave por negarse a repartir 86 impresos. (faltas que podrían conllevar hasta el despido).
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