En los Juegos Interaliados de Berlín, en 1946, al ver detrás del cartel de Checoslovaquia a un solo atleta desmañado, todo el mundo se ríe. En pocos años y dos Olimpiadas se convierte en invencible. Nadie puede pararlo: ni siquiera el régimen checoslovaco, que en vano lo espía, limita sus traslados y distorsiona sus declaraciones. La "locomotora humana" batió 18 récords del mundiales, consiguió 9 medallas olímpicas, 7 de ellas de oro, y fue imbatible sobre casi cualquier distancia, desde los 5000 metros a la Maratón.
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