Cuando llegó Correa a la Presidencia de Ecuador se presentó como la gran esperanza de la izquierda al anunciar que dejaba de pagar la deuda, la defensa por la naturaleza o por la libertad de los pueblos. Como Presidente declaró la deuda externa, a la que dedicaba un 50% de los recursos, como ilegítima e inconstitucional. La realidad es que Ecuador dejó de depender de los mercados internacionales de deuda, para pasar a depender del amigo Chino que obtiene el petróleo no sólo a precio de coste, sino condiciones ventajosas en procesos extractivos.
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