Hay explicaciones a esta alta tasa de infecciones: ritos milenarios de esta comunidad están tan enraizados en sus hábitos y costumbres que es innegociable modificarlos. Las tres oraciones diarias son comunitarias e imposible de soslayar, las reuniones en las sinagogas, sagradas. Casamientos y funerales son momentos multitudinarios. Hábitos transmitidos de generación en generación, de abuelos a padres y a hijos, que están en el centro mismo de la vida personal y comunitaria.
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