A finales del año 2006 el Laboratorio Nacional de Los Alamos, presentaba un curioso proyecto por el cual, abejas entrenadas podrían ser capaces de detectar explosivos con una eficacia realmente alta. Las abejas tienen una reacción natural cuando detectan nectar. Una reacción que consiste en extender su probóscide y que, con el debido entrenamiento y acondicionadas a otro tipo de sustancias como explosivos u otros peligros químicos, dan como resultado un infalible olfato. En resumen: Si la abeja saca la lengua la cosa está clara...
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