En contra de lo que nos dice la intuición, los días más cálidos y soleados no equivalen a más energía, ya que el aumento de las temperaturas en realidad dificulta la capacidad de los paneles solares para recolectarla. La mayoría de los paneles se prueban a una temperatura de 25ºC, la ideal. Pero por encima de este umbral, no importa cuán brillante sea el sol, la eficiencia disminuye.
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