Japón no tiene un sistema centralizado para monitorizar la radiación de comida contaminada. Autoridades locales y granjeros, faltos de medios, realizan muestreos voluntarios. Hasta el momento se han encontrado multitud de productos contaminados con cesio o yodo radiactivo: espinacas, setas, brotes de bambú, te, leche, ciruelas, pescado, carne de vacuno... Algunos de estos alimentos han sido producidos hasta a 360 kilómetros de la central de Fukushima. En casos concretos los productos se han encontrado a la venta al público en supermercados.
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