Li Huiyan de Chongquing, China, contrató a treinta obreros durante seis meses para que excavaran en su cocina. Quería llegar a las napas subterráneas con la esperanza de encontrar peces. Hasta el momento ha vendido pescado por valor de 3.300 dólares. Cada día el hombre sube y baja las escaleras que construyó bordeando el pozo para recolectar el fruto de su creativa captura.
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