ETA se ha convertido con los años en un personaje muy secundario al que tan sólo la labor de medios de comunicación y partidos movidos por un interés político mantienen como una cuestión inmensamente relevante. ¿Qué motivos hay para fabricar una ETA tan grande en nuestras cabezas? ¿A quién conviene hacerlo? ¿Qué peligros potenciales supone todo este circo?
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