El respeto, dice, no se consigue con la tarima del profesor más alta, o hablando de usted al docente. El respeto, insiste, tiene mucho más que ver con “tener autoridad que con ser autoridad”. La consejera andaluza de Educación, Mar Moreno (La Carolina, Jaén, 1962), mata al adversario político sin hacer sangre, con elegancia, amasando las palabras lentamente, como si las estuviera poniendo de acuerdo antes de pronunciarlas. Su apuesta: el consenso.
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