Francisco —Paquete— Marhuenda, que siempre había querido ser de mayor Hermann Tertsch o cualquiera de los opinateros que mean bencina y la cobran a precio de oro, está encantado de haberse conocido. Después de decenios pariendo portadas y no-noticias de cloaca, por fin ha conseguido que se le asocie personalmente con una de sus fechorías. (...)
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