Las relaciones en las que las mujeres ganan más de sus parejas masculinas comienzan en desventaja. Si la mujer es el sostén de la familia se plantea como un obstáculo que pareja debe superar para ayudar a la salud general de la asociación. En 1987, en menos de una cuarta parte de los hogares estadounidenses heterosexuales las mujeres ganaban más dinero que sus maridos. En 2015, ese número aumentó a 38%. Las mujeres millennials que se sienten frustradas por su status de sostén de la familia nunca se consideraron que se verían en esa situación.
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