El terremoto fue de los que se recuerdan aunque se produjera a media tarde de un 25 de julio con medio país buscando la playa. Era viernes y una carta sacudió las redacciones catalanas: Jordi Pujol, mucho más que un expresident de la Generalitat, reconoció haber mantenido una fortuna oculta durante décadas. Diez años después de la confesión no hay juicio a la vista para la familia porque la Audiencia Nacional no lo ha señalado, pese a que el caso se terminó de instruir en 2020.
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