Una multa de 2.160 euros y 2.000 euros por las costas del juicio. Eso es lo que tendrá que abonar un promotor inmobiliario que hizo la vida imposible a los vecinos de un edificio de Os Mallos para obligarlos a que vendiesen sus pisos. "Nos dijo que si no queríamos vender tendríamos que atenernos a las consecuencias porque nos metería a cualquiera en el piso. Nos dijo que no iban a ser médicos ni abogados" Los jóvenes a los que alquiló su vivienda tiraban la comida por las tuberías y dejaban los grifos abiertos para inundar las otras casas.
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