Los empresarios ya no saben qué inventar para vender. Aunque los interesados en comprar siguen optando por los descuentos. El mercado inmobiliario se ha convertido en un circo de tres pistas donde los promotores hacen malabares para vender su stock, andan por la cuerda floja intentando mantenerse a flote, y buscan llamar la atención del público con 'números' cada vez más inverosímiles. Al comprar piso puedes conseguir un banquete nupcial gratis, un divorcio, y hasta un trabajo.
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