Las compañías de móviles han formado un frente común contra la intención de la Comisión Europea de reducir hasta en un 60% las tarifas (roaming) que se aplican cuando los abonados viajan al extranjero y hacen o reciben llamadas. Advierten de que esa reducción no tiene por qué significar una ventaja para los consumidores porque las compañías, en compensación, pueden verse obligadas a subir las llamadas nacionales. Es decir, que una mayoría de abonados que no viaja subvencionará a la minoría que sale habitualmente al extranjero.
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