Haimardo enviaba sumas a través de tesoreros de guerra, lo que permitía mantener a máximo rendimiento la maquinaria militar. La flexible organización permitió la integración rápida de los territorios conquistados. Por el contrario, el anticuado sistema contable inglés resultó mucho más ineficiente y la capacidad para movilizar tropas fue muy limitada. La superior organización de la administración francesa a manos de un templario desembocó en la victoria francesa. Después de 800 años, nuestros políticos parecen dignos sucesores del inglés...
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