En lo que respecta a la longevidad, pocos lugares en el mundo han experimentado un salto tan drástico en la esperanza de vida Singapur. Un niño nacido en el país en 1960 tenía probabilidades de vivir, en ese momento, hasta los 65 años. En contraste, un niño nacido allí hoy puede tener una expectativa de vida de más de 86 años, según las estimaciones. Pero no es solo la cantidad sino también la calidad de vida lo que aprecian los residentes de Singapur.
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