Adiós a la jornada intensiva: pasar 12 ó 13 horas diarias en el trabajo implicaría tener que quedarte a comer, es decir, que serían 13 ó 14. Súmale una hora de desplazamiento para ir y volver del trabajo a casa y se queda en 15 ó 16. Sólo con dormir las 8 horas que recomiendan los expertos, ya tendríamos el día completo. Ni cenar, ni desayunar, ni ducharte, ni estar con la familia.
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