Es sencillo, sólo tienes que recordar si algún día sentiste cosquilleos al escuchar o ver actividades cotidianas que requieren de meticulosidad o atención. Los detonantes del ASMR más comunes son: sentir que alguien pasa páginas de un libro, escuchar a alguien teclear en calculadoras o computadoras, sentir que alguien toca tu espalda ligeramente, ver a una persona dibujar o pintar, ver a una persona escribir y mil ejemplos más.
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