El deseo del magnate francés Bernard Arnaud de adquirir la nacionalidad belga reaviva el debate sobre el exilio fiscal y el rechazo de los grandes patrimonios a cumplir sus obligaciones tributarias. No obstante, existe una solución simple y eficaz para poner fin a la evasión fiscal legal. Bernard Arnaud, primera fortuna europea y cuarta fortuna mundial con 40.000 millones de euros, cuyo salario anual se eleva a 10 millones de euros y cuyas inversiones generan cada año 200 millones de euros de ganancias, pidió su naturalización
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