Paul Boggie admite que los años de adicción a la heroína lo llevaron a perder las ganas de vivir. Pero tras hacer un cambio radical, se unió al ejército y terminó cuidando el Palacio de Buckingham como parte de los Guardias Escoceses, una división del ejército encargada de la protección de las residencias reales. Paul empezó a fumar heroína a los 18 años en Craigentinny, un suburbio de Edimburgo, donde vivía. Recuerda que estaba molesto luego de haber peleado con sus amigos, así que cuando uno de ellos le ofreció consumir droga, accedió.
|
etiquetas: adicción , heroina