Soy de los españoles que este verano han tenido la fortuna de poder todavía realizar un buen viaje de descanso al extranjero. Y me he encontrado con la confirmación de algo que sabía: España es un país terriblemente caro, y además con una terrible relación calidad-precio en sus servicios. Un ejemplo rápido. El precio de un capuchino excelentemente en el aeropuerto de Venecia –lugar y ciudad en teoría terriblemente caras- es de 1,50 euros. El precio en una terraza de Madrid de un café que revuelve el estómago puede llegar a ser de 2,40 euros....
|
etiquetas: sociedad , internacional