Las principales causas por las que un tren sale de la vía son el exceso de velocidad, defectos de trazado o de los railes, o problemas mecánicos del propio convoy. Una vez que ha ocurrido – y suponiendo que no haya sufrido mayores daños – el tren es casi incapaz de moverse porque las ruedas, demasiado finas, tienden a clavarse en el terreno o en la zona empedrada que rodea las vías.
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