Mientras las condiciones objetivas de la revuelta se desarrollaban en Túnez (paro, hambre, pobreza, etc.), esto opinaba hace tan sólo nueves meses el Banco Mundial sobre la economía de la dictadura. "Es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta". Así se dice que hablaban Franklin D. Roosevelt de Somoza, o Kissinger de Pinochet.
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