La exposición en el Colegio de la Trinidad, en Coímbra, recorre el sufrimiento humano de los condenados y el progreso intelectual de los pioneros que defendieron la abolición de la pena de muerte. Al principio, el ahorcamiento público de José António Domingues sucedió como tantos otros. Colgado en la horca de Tavira, a 24 de noviembre de 1845, se estuvo estremeciendo na cuerda durante 15 minutos — raramente os ahorcados morían en menos tiempo que ese (...)
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