Las firmas automovilísticas tienen un plan: encarecer sus productos. Y ni es cosa, exclusivamente, de los fabricantes premium ni parece que la estrategia les esté yendo mal. En un mercado de escasez, las grandes compañías siguen obteniendo buenos resultados. A pesar de vender menos. La tendencia. El coche se está convirtiendo en un producto de lujo. Todas las señales apuntan a que comprarse un coche será cada vez más caro. Y mantener el que ya tenemos también lo será. Un problema que puede expulsar posibles conductores del mercado.
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