A pesar de contratiempos, por otra parte esperables, como el reciente atropello de una persona por un coche de Uber, desde hace tiempo la discusión sobre la llegada del coche autónomo ya no se centra en si se hará realidad, sino cuándo. Mientras para algunos ya están prácticamente aquí, para otros habrá que esperar bastante tiempo. Desde fuera da la sensación de que el escepticismo es mayor entre los fabricantes de coches, precisamente los que tienen más que perder en dicho escenario.
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