En los últimos meses, el PiS, el partido populista que gobierna Polonia, ha visto cómo se destapan varios casos de corrupción y abusos de poder que afectan a sus principales líderes y que harían tambalearse al ejecutivo de cualquier país. Sin embargo, y a pesar de tener el camino a las próximas elecciones generales (el 13 de octubre) plagado de cloacas abiertas, las encuestas demuestran que todo ello le importa muy poco a sus votantes.
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