Hace unos días en el metro de Madrid entramos varias personas en la línea 2 en Sol. Junto a mí entró una mujer de unos 40 años con un bebé en brazos.Al observar con estupefacción que nadie tenía ni la menor intención de cederle su sitio, me he acercado a una chica de unos 15 años y directamente le he pedido que, por favor, cediera su sitio a la mujer con el bebé. ¿Cuál ha sido mi sorpresa cuando la chica me ha dicho que no? Y ni siquiera se ha movido. Pero ni ella, ni el señor de corbata de su lado, ni el adolescente de más allá...
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