Es fácil pasar el resto de tu vida pensando que tu mala suerte con el sexo opuesto es tan sólo la manera que tiene la evolución de filtrar tu extraña cara y tu frágil físico para dejarte así fuera de la reserva genética de la humanidad. Pero esto no es enteramente cierto. Buena parte de esa falta de atractivo supone una serie de ventajas evolutivas para ti. Por ejemplo...
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