No solo eran ilegales. También suponían una fuerte amenaza para el sistema colonial. Léa Tavares Mujinga, Monique Bintu Bingi, Noëlle Verbeken, Simone Ngalula y Marie-José Losh son cinco de los miles de bebés secuestrados y separados de sus familias durante la colonización de Bélgica en el Congo, que se prolongó desde 1908 hasta 1960. Su delito: ser fruto de la unión de un ciudadano europeo y una mujer africana. Ahora sientan al Estado belga en los tribunales en un juicio histórico que no tiene parangón en Europa.
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