Cuando Xerox quiso dar a conocer su nueva invención, la fotocopiadora, utilizó una niña para demostrar lo fácil que era su uso. La competencia, furiosa, exigió la retirada del anuncio alegando publicidad fraudulenta. Era imposible que la copia de documentos fuera tan sencilla. Xerox accedió a retirar el anuncio, en su lugar lanzó un nuevo comercial, sustituyendo la niña por un mono e invitando a la competencia al rodaje.
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