En enero de 2004, cuando algunos virus peligrosos de la gripe aviar reaparecieron en el planeta, científicos chinos descubrieron que una de las cepas, la H5N1, había infectado a cerdos. Este era un hallazgo de gran envergadura porque se podía tratar del trampolín perfecto por el que transitó el virus: es decir, del ganado porcino a los humanos en la pandemia de gripe de 1918, que mató a más de 40 millones de personas en el mundo. El problema es que muy pocos se enteraron del descubrimiento. ¿Por qué? Porque estaba en chino.
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