Científicos del Centro Safar de Investigación en Resurrección, han logrado revivir a perros tres horas después de su muerte clínica, allanando el camino para ensayos con humanos dentro de unos años. El proceso se basa en sustituir la sangre por un compuesto salino a baja temperatura, lo que permitiría "paralizar" organismos con pérdidas masivas de sangre u otras patologías, para trasladarlos después a un centro sanitario en el que, una vez solventadas las afecciones, se devolvería la sangre al cuerpo y se reanimaría mediante descarga eléctrica
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