El científico británico David Kelly, fallecido en 2003 en medio de una polémica en Gran Bretaña por las supuestas armas de destrucción masiva en poder de Saddam Hussein, no se suicidó sino que fue asesinado en un complot secreto y ahora debe abrirse una investigación para esclarecer el caso, según concluyó un grupo de seis médicos. El cuerpo de Kelly fue hallado cerca de su vivienda tras haber sido expuesto como la fuente principal de un artículo de la BBC que revelaba las justificaciones de la participación de Gran Bretaña en la guerra de Irak
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