En el Museo de Burgos se expone una de las espadas más caras del mundo: la Tizona del Cid. En el 2007, la Junta de Castilla y León pagó por ella un millón y medio de euros en una de las decisiones políticas más vergonzosas de la reciente historia española. No es que el precio sea desmesurado, que lo es. No es solo que el dinero de los contribuyentes no debería gastarse en estas cosas, que también. Es que además la espada es falsa y tiene el mismo valor histórico que el sable láser de Luke Skywalker o que la Excalibur del rey Arturo.
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