El bucle de circulación Atlántico transporta eficazmente calor y sal a través del océano global y modula fuertemente el clima de la Tierra. La lluvia, los aportes continentales y la evaporación son agentes que afectan a la salinidad a escalas climáticas (de cientos-miles de años). De hecho, son las tres componentes del ciclo hidrológico en la Tierra. La salinidad afecta a la densidad del agua y juega un papel clave en las corrientes oceánicas, que a su vez influyen en el clima mundial.
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