“Sólo quería decirte que no me vas a ver más, porque mis hermanos están muertos”. Éste es el mensaje de WhastApp que mandaba Marcel, de 11 años, a una amiga de su barrio. Era el jueves de esta semana, poco antes de que la Policía entrara en casa del niño para descubrir allí a los cuerpos de sus cinco hermanos. Su madre los había envenenado. Según Axel Petermann, reputado criminólogo alemán, el crimen de Christiane en Solingen (oeste alemán) apunta a la “pérdida de ayudas y perspectivas” de esta madre por la pandemia.
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